lunes, 9 de diciembre de 2019

Trail Ardenya 55K - Sub 10h pels pèls


Tras el golpe moral de la Ultra de Transgavarres, decidí de venir aquí solamente para disfrutar de la Trail Ardenya. De hecho, no tenía muchas ganas de machacarme otra vez, pero las críticas de todos los que habían participado eran unánimes.... una cursa fantástica!

A pesar de las abundantes lluvias del miércoles y jueves, parecía que iba a hacer muy buen tiempo, y así pude convencer a la family a pasar un fin de semana largo en el apartamento de Calella.

La cercanía me permitía despertarme a las 06:25, y de hecho dormí plácidamente, gracias a las nulas preocupaciones. Nada de competir, sólo disfrutar.
Como previsto, hacía bastante frío a las 07:30 en Santa Cristina, quizás 4ºC, pero ya se veía que hoy no haría falta la chaqueta térmica y por tanto la dejé en el coche.

Una foto con las amigas Correcats Helena y la Marta, y me pongo detrás de todo... que no vaya a ser que la multitud me lleve a unos ritmos más altos de lo previsto.


Un km y medio bastante cómodos, pero era un espejismo... Rápidamente nos metemos en el tema. Subidas y bajadas sin parar, ni 200 metros rectos, giro tras giro, para arriba, para abajo... muchas veces aparentemente sin más sentido que el hacer desnivel por hacerlo.

He hecho decenas de Ultras, y todos los que me conocen saben que siempre llevo una chuleta con las principales subidas y bajadas: Suelen haber 3, 4 o 5 subidas, aunque en Bisaura habían hasta 8÷10 subidas... pero todas registradas, con nombres y apellidos.

En este caso, la información de la organización se limitaba a un link a Wikiloc, y poco más, y además, ni idea qué montañas estábamos subiendo. Está claro que hablamos de montañas bajas (max. 400m), pero viendo el perfil uno se puede hacer una idea de lo poco corrible que es esta Ultra.

No voy a criticar nada de esto, pues ¿dónde se puede encontrar una Ultra por tan solo 5€, incluyendo una suculenta bolsa del corredor?. En ningún sitio, Alucinante!!!



Lo dicho, voy a ritmo lento, y tras 2 kms ya nos encontramos con el primer tapón.
En fila india, no pasa nada, y poco a poco vamos haciendo el camino. Una brutal subida el km 5, para coronar un pico e inmediatamente después bajar (de culo) para deshacer todo el desnivel ganado.
Por suerte, la piedra estaba seca, y no eran bajadas demasiado peligrosas, siempre con mucha precaución.






Eramos unos 224 corredores que hicimos la cursa larga de 50K, que por algún motivo llamaron la "M", y media hora después saldrían 300 corredores más haciendo la cursa mediana (la "S"), compartiendo el mismo recorrido los primeros 13,4 kms y luego los últimos 16 o 20 kms.

Al quedarme en fila india sobre la posición 140, ya tuvimos compañía tras tan solo 8,8 kms.
Lo que yo había hecho en 1h20, los cracks de la "S" lo habían hecho en apenas 50'.
Creo que fue un error dejar tan poco tiempo entre las cursas, y poco después se agravaba el asunto.

Tras casi 10 kms nos encontramos el primer avituallamiento (es decir, agua y algo de frutos secos), y aquí hay un tramo de un par de kms donde se puede correr a gusto. Es de ligera subida, pero el camino algo más ancho permite hacer adelantamientos y poco a poco nos espaciamos. Es aquí donde me pego una hostia con voltereta incluida, abriéndome la mano derecha y estampando la tibia izquierda contra una roca. Me cuesta ponerme derecho, pero el dolor remite y sigo mi cursa.

Pero de repente nos giramos a la derecha y nos encontramos con una pared enorme de unos 200 metros de desnivel positivo donde tenemos que utilizar constantemente nuestras manos para ayudar a subirla. Una buena grimpada, un sitio idílico, pero un coñazo si los de atrás te vienen apretando.
Tuve que dejar paso a al menos a 10 corredores de la "S" (pos. 11-20) y por fin llegaba arriba.


Nada más llegar arriba, nos dirigimos directamente hacia abajo, y es aquí donde hago un gesto raro (o quizás recibí una rama de un árbol en el costado derecho) y aunque en un principio no le hacía mucho caso, cada vez me molestaba más el costado derecho.

Unos centenares de metros después de coronar la montaña sin nombre, por fin se separan los caminos de la "M" y la "S" y ya no tengo que mirar hacia atrás.
Aquí empiezo a aumentar un poco el ritmo, y adelanto a 17 corredores para llegar al segundo avituallamiento en la posición 123. Llevo 3h20 de cursa, y me encuentro muy fresco, y muscularmente como si acabara de empezar.

No obstante, la molestia del lado derecho se empieza a hacer insoportable, es justo por debajo de las costillas, y el dolor es como si fuera un dolor del abdominal lateral, pero muy fuerte.

Aquí es cuando me entra la paranoia, y primero pienso que tengo apendicitis. Llamo a mi mujer, intentando no asustarla, pero no suelo llamar para este tipo de consultas y por supuesto la tengo acojonada. Me dice que la apéndice no está allí, pero la paranoia no se acaba aquí. No recuerdo ningún golpe por fuera, así que tiene que ser una enfermedad de dentro del cuerpo.
Me temo que me he perforado el riñón, y sin ganas me pongo a orinar, suponiendo ver el chorro lleno de sangre.. sorpresa: amarillo como siempre. Hmm...
Pero el dolor está allí, y no es debido al esfuerzo... algo va mal. El problema es que estoy en una playa totalmente inaccesible y no veo a ningún médico para pedir ayuda.



Así que sigo para adelante. Un dolor tremendo al tener que saltar de roca en roca en la maravillosa playa sin nombre, pero curiosamente la subida con cuerda no me causa un dolor tan fuerte.
Hubo hasta 5 tramos con cuerdas para subir... imprescindibles además!

Mi mujer me llama 5 veces durante la media hora siguiente, y en la última llamada escucho como David, mi hijo pequeño, le dice a su madre "Tranquila mama, que el papa nunca abandona... ayer me lo dijo"..

Pero esta vez no lo tenía tan claro. De cualquier manera, tenía que salir de este tramo de playa, que se me hacía eterno. Más quisiera yo meterme en el agua, pues la temperatura era ideal para ello.




Una vez salida de la playa, donde me habían adelantado muchos corredores, se inicia una larga subida de unos 400 metros de desnivel, y veo que en las subidas no tengo molestias.
Si ya cuesta seguir el camino con tantos giros, no quiero ni pensar en salir del recorrido, y además empiezo a tener sed. Lo primero es encontrar el siguiente avituallamiento.
Pero nada... tras la subida, bajamos prácticamente al nivel del mar para volver a subir 300m.

Tardé 2h40 para por fin llegar al 3er avituallamiento... como los anteriores, con agua y trocitos de plátano y un resto de frutos secos (nada de Coca Cola o bocadillos... semi-autosuficiencia total).

6 horas de cursa, y ya estamos en el km 34,7 de los supuestos 50K.

Pido por una persona con conocimientos médicos, pero nada... "ni lo somos, ni podemos darte ni un gelocatíl". Bueno, a seguir.


2 kms más tarde, tras la inésima subida, llego al segundo Control de tiempo, y le pido al señor el camino más rápido hacia Santa Cristina.
Me dice que siguiendo la cursa 14 kms, y yendo derecho por la derecha unos 10 kms.. y que podría llamar un coche para recogerme. Pero tengo que entregar el dorsal y retirarme.. Cachis.
Me retumben las palabras de mi hijo, y total.. seguir por el camino son 4 kms más que abandonar.

OK, gracias, intentaré seguir... eran las 14:30 y caminando a 5-6 km/h no podía costarme más de 2h30-3h. Aun llegaría de día.

Intentaba hacer un paso de trote, pero el dolor seguía inaguantable.
No obstante, caminando cada vez me molestaba menos.

En el 3er avituallamiento me confirmaron que en 7,5 kms llegaríamos al AV.4.
Ni 7, ni 8... no, 7,5 km. Un número suficientemente exacto como para confiar que entre 7,25 y 7,75 kms llegaría.

Pero nada... 9,3 kms para llegar al 4o avituallamiento, donde ya sabía que no había vuelta atrás.

Nuevamente no hay nada de comida sólida, aunque veo un plato con unos trozos que se parecen mucho a trozos de carne. "¿Es carne?" le pregunto a la voluntaria. "Sí", me contesta... "es mi plato!".
Hubo un silencio incómodo, y aguanté lo suficiente como para escuchar "pero si quieres...".
La verdad que ahora me parece totalmente carente de educación, pero no lo dudé ni un momento y le arranqué un para de trozos de carne del plato. Uff.. que delicia. "Moltes gràcies!!".

"A propòsit, quants kms falten per l'arribada? Arribarem de nit?".
"NO!! segur que arribareu molt abans. Són només 9 kms i ara són les 15:45"
"9 kms reals?"
"No.. 8,5 kms reals"
"OK, gràcies".

Y volví a caer en la trampa.

4,2 kms más tarde me confirman en el tercer y último Control de tiempo que faltan 4,5 kms.
Perfecto, entonces sí que eran 8,7 kms i si ahora són las 16:37, llegaré antes de las 17:30 aprox.

Pero no nos lo iban a hacer tan fácil... quedaba una subida muy fuerte, por una riera lleno de barro y agua hacia arriba, y nada más llegar arriba bajábamos justo al lado la misma distancia hacia abajo.

Por suerte mis piernas se encontraban muy bien, y en las subidas iba adelantando a muchos compañeros, para luego ser adelantado en las bajadas donde ellos sí podían trotar.
Una nueva subida dura hacia arriba, y parecía que lo peor había pasado.

Pero nada... a las 17:30 empezaba a hacerse de noche cerrada, y seguimos pasando por canales llenos de barro, e incluso teníamos que travesar un río de unos 5 metros de ancho con bastante fuerza.
Más barro, y más rieras... pero ya había hecho más de 4,5 kms y no había señal de estar cerca de meta.

Con apenas visibilidad, no era raro que ya nadie me adelantaba los últimos pesados kilómetros, sin perdonarnos ni siquiera un último kilómetro de gracia...
Tuvimos que atravesar un río por debajo de la carretera y subimos, saliendo del río, justo en el mismo polideportivo, donde llegué tras 9h54 minutos!! Tan solo 6 minutos antes del cierre, y todavía con una veintena de personas en la oscuridad detrás de mi.
Finalmente han sido 55,1 kms... bastante más de los 50 kms prometidos.

Entro en el polideportivo, me chequean el chip, y mientras desmontan todo el tinglado por fin puedo probar un bocata de butifarra con un vaso de brou y una cerveza 0,0%.

Me pregunto si ha valido la pena, y aun sabiendo que no... la alegría de haber acabado es grande.

El año que viene volveré!!