Tras el fin de semana en Reikiavik, el lunes tocó ver el Círculo de Oro.
Este supuesto "Círculo" de Oro es más bien la esencia de Islandia: 3 lugares relativamente cercanos entre ellos, comprendiendo el Parque Nacional de Thingvellir, los Géiseres de Geysir y la Cascada de Gulfoss.
Dejamos pronto el apartamento de Reikiavik porque teníamos un día largo, pero el tiempo fue realmente terrible este lunes día 9 de octubre 2023.
Una tormenta que sobrepasaba todo el Círculo de Oro que no dio tregua durante todo el día, y que en combinación con un viento huracanado y un frío tremendo hizo que lo pasé realmente muy mal.
Los mismos Islandeses siempre dicen que allí NO HACE FRÍO. Simplemente.. que no llevamos la ropa adecuada! Y fue así... la falta de (ponernos) el chubasquero hizo este día especialmente duro.
Empezamos en Thingvellir, patrimonio Mundial de la UNESCO, donde inicialmente estaba la sede del Parlamento Vikingo. Aquí también está la separación entre los dos continentes, claramente visible
y las casas de verano del ministro presidente del país.
También tiene una cascada importante, si bien no fue el mejor día para visitarla.
En el coche tuvimos que cambiar toda la ropa, calzoncillos incluidos (no era díficil puesto que los cristales estaban muy empañados en el coche del parquin), y seguir la ruta hacia Geysir.
Estuvimos literalmente 2 horas esperando que mejorara el tiempo en el parquin de Geysir, pero no había forma de que pasara la tormenta.
Geysir es el pueblo donde está el gran géiser que ha dado nombre a todos los géiseres del mundo y que en el año 2000 llegaba hasta los 122 metros de altura. Dice Wikipedia que finalmente dejó de manar agua debido a las piedras y objetos arrojados por los turistas... pero me cuesta creerlo.
En la actualidad está el géiser Strókkur, que cada 4÷6 minutos llega a los 20÷40 metros de altura. Todo un espectáculo al aire libre.
Ya era tarde, y salimos corriendo hacia Gulfoss (foss = cascada en islandés), una de las cascadas más impresionantes que existen. No es por la altura, sinó por la grandeza de la cascada. Esta foto no hace ninguna justicia a la realidad. Estar allí no se puede describir con palabras.
Quizás el vídeo demuestre un poco más el tamaño real de esta obra maestra de la naturaleza.
La verdad que tenía las manos tan congeladas, y el cuerpo tan destemplado, que no había forma de mantener la cámara estable.
Curiosamente... justo cuando estábamos a punto de irnos, de repente desaparecieron las nubes y salieron los últimos rayos de sol, dejando un cielo mágico.
Cuando ya era de noche, quedaba una hora de coche hacia las cercanías de Hella donde teníamos nuestro hotelito en medio de ninguna parte. Y por fin algo de comida caliente.. una sopa de carne que entraba que daba gusto. Servido con nachos y queso, y si bien 25€ por persona podría parecer mucho dinero para una sopa... luego podíamos repetir las veces que quisiéramos. Este es una tendencia general en toda Islandia. Pagas un café o chocolate caliente por 6 o 7€, pero luego puedes repetir las veces que quieras, como también las sopas!
El día siguiente, martes día 10, lució el sol, y parecía que íbamos a tener un día espléndido.
Pero nada más salir de la casa nos dimos cuenta que el viento -que ya de por sí suele ser de 80 km/hora-, ese día era mucho más exagerado. 80 kms por hora mínimo pero con golpes frecuentes de hasta 162 kms por hora. Era molesto, sin duda, pero inicialmente no sabíamos en qué nos iba a afectar este hecho al final del día.
Empezamos por una visita no imprescindible, pero bastante curioso.
El pueblo Keldur tiene unas casas que parecen salidas directamente de los Hobbits de Tolkien.
Además, con la montaña nevada detrás era un sitio muy pintoresco y además estábamos casi solos.
Quizás provocado por tener que atravesar una carretera con más piedras que asfalto y alejarse de las más famosas cascadas del sur de Islandia.
Después sí fuimos a otra de las Cascadas más famosas de la isla, Seljalandsfoss.
Una cascada de unos 60 metros de altura, con la curiosidad de poder caminar por detrás de la cascada.
Seguramente lo habríamos hecho si no hubiéramos quedado tan empapados el día anterior y si no hubiera hecho tanto viento. Pero esta vez pasar por detrás era garantía de una buena pulmonía (aun así, hubo más de uno que sí lo hiciera!).
500 metros más hacia adelante había otra cascada que tan sólo podíamos visualizar después de ir por entre las rocas y saltando de piedra a piedra para no mojarnos los pies. Gljúfrafoss, otro nombre de fácil pronunciación.
Desde allí tocaba coger la carretera hacia Vík, donde teníamos el hotel en un lugar sacado de un cuento de hadas, pero NO!! El viente era tan brutal que habían cerrado la carretera que seguía hacia el este.
Y puesto que en Islandia hay tan solo 1 carretera que bordea la isla (en las pocas ciudades sí hay más carreteras y en verano se puede acceder al centro de la isla por carreteras "F" de montaña, pero gran parte de la isla depende de una sola carretera que circunvale la isla, unos 1300 kms), no quedó más remedio que volver y hacer algunas excursiones más antes de buscar un hotelito para no dormir en el coche.
La verdad que estaba bastante preocupado, porque el día siguiente también había alerta naranja y temía que ya no llegaba a ninguno de los hoteles que ya habíamos pagado hacía 6 meses.
Volvimos un poco hacia atrás y visitamos y luego subimos por encima de la Cascada de Gluggafoss (Merkjárfoss), que aunque menos famoso realmente valió la pena.
De hecho, este es un buen sitio para empezar una ruta de Trekking de 4÷5 días hacia Landmannalaugar, un sitio precioso pero solo apto para visitar en verano.
Y para acabar de matar el tiempo sobrante, una montaña de lo más curiosa en media de una planada al lado de Seljalandsfoss. Me gustaría saber el nombre de esta montaña, pero fue una hora de subida y bajada divertidas con grandes vistas.
Y finalmente encontramos un hotel en Hella con cocina compartida y por tanto pudimos aprovechar los 4 entrecots que habíamos comprado en Reikiavik. No hay mal que por bien no venga!
A propósito.. después nos enseñaron en el hotel dónde mirar el estado de las carreteras.
En Road.is. Aquí se ven prácticamente todas las carreteras de la isla, y las que están de color rojo están cerrados.. por nieve, por viento, por obras...
Veréis que hoy 29 de octubre no hay posibilidad de cruzar el país por el centro, y varias carreteras del norte están de color rojo o azul. Por eso decidimos ir de Reykjavik a Vik (extremo sur) y después a los fjordos del este.