sábado, 28 de octubre de 2023

Viaje de 8 días a Islandia - Parte 1/4 : Reykjavik

 


El viernes día 6 de Octubre era el momento!
Por fin cogimos el avión de Barcelona a Reikiavik para hacer realidad el sueño largamente atesorado de la Mònica. ¡¡Visitar ISLANDIA!! 

Aprovechamos el puente del la Constitución, los 22 años de casado, y los 50 años de la Mònica, y a las 23h partimos del Prat de Llobregat (con 28ºC) para un viaje de 4 horas y media hacia la capital más septentrional de Europa. 

Llegamos cansados (incapaz de dormir en un avión) sobre las 04:00 hora española al aeropuerto de KEFLAVIK y después de recoger las maletas vamos directos a CARS ICELAND para recoger en 1 minuto nuestro Dacia Duster. Casi nuevo, matriculado este mismo año. Empezamos bien!

Pero que frío!! -2ºC. Tuvimos que quitar primero el hielo del parabrisas para poder arrancar el coche, y igual de cansados que ilusionados GoogleMaps nos guió en un viaje de casi una hora a nuestro apartamento en el centro de Reykjavik. 

(Por suerte Islandia es parte de la Unión Europeo, y por tanto las llamadas y los datos 4G no tenían ningún coste extra para nosotros)

Un apartamento muy completo y a las 06:00 hora española por fin pude cerrar los ojos. 

Nos levantamos a las 12:00 hora española y cambiamos los relojes a la hora islandesa... 2 horas menos. Así que a las 10:00 ya desayunamos sin haber perdido demasiado tiempo.

Curiosamente hace un día muy bueno, y decidimos aprovechar el tiempo para visitar la ciudad.


Primera parada: La iglesia más famosa, la Hallgrímskirkja, de 74m de altura (iglesia más grande de Islandia), con una estructura basada en las columnas de basalto de la cascada de Svartifoss (que veremos en la Parte 2). 

Delante de la iglesia veremos la estatua de Leifur Eiríksson, el vikingo que descubrió la costa de America del Norte sobre el año 1000... muchos años antes de nacer Colón... 

Todo muy bonito, y más por la noche cuando se ilumina la iglesia de color rosa.


Seguimos por la costa y nos paramos en Sólfar, el Viajero del Sol, una estatua muy bonita con vistas a las montañas lejanas, tras la larga entrada de agua del Océano Atlántico.


Enfrente unos de los pocos edificios altos


La siguiente visita, a pocos metros, es la Sala de Conciertos Harpa. Además el Centro de Conferencias de Reikiavik, una ciudad de aprox. 125.000 habitantes, un tercio de toda la isla.




A lo lejos, a un kilómetro de distancia, pasando por el Puerto Viejo, vimos un montículo curioso y  decidimos visitarlo. Está justo al lado del mar, y por tanto con unas vistas inmejorables.
Hay un caminito circular que en un par de minutos te lleva arriba, donde hay una casita donde secan el pescado. Se llama Thufa. 


Tras comer algo rápido y hacer las compras para toda la semana seguimos con las visitas.

Disfrutando del estilo divertido de algunos edificios por el camino:


Toca visitar el ayuntamiento de Reikiavik, que en su interior tiene un mapa enorme 1:50.000 de la isla entera, con su desnivel. Este ayuntamiento está justo al lado del lago Tjörnin que también vale la pena bordear.



Como último visitamos la catedral de Landakotskkirkja, en una planada grande al lado de una escuela muy bonita. 




Ya eran las 18h30 y el frío, el cansancio y el hambre era la señal que tocaba volver al apartamento... 


El día siguiente tocaban 3 excursiones bien distintas.

Primero fuimos a Grindavik y desde allí 10 minutos por una carretera estrecha y montañosa hacia la zona de Litli-Hrútur, donde los últimos 3 veranos han habido grandes erupciones de sendos vulcanos.

Escogimos la ruta mediana, que eran ya más de 4 horas, pero que nos daban una buena idea de la grandeza de estas erupciones de unos volcanes más bien pequeños... Ahora ya no nos extrañaba lo que pasaba en el año 2010 con el Eyjafjallajökull.

Hacía bastante frío este 8 de octubre y un viento huracanado que luego vimos que era de lo más normal en Islandia. Pero vimos kilómetros y kilómetros de lava, ya no candescente (la última fue en julio 2023) pero todavía se veía el humo salir de la lava. Con carteles advirtiendo que ni se nos ocurriese meternos dentro, que todavía tiene una temperatura por debajo de 1200ºC... lo que hace fundir el acero y por tanto nuestros cuerpos en un abrir y cerrar de ojos....






Tras estas 5 horas caminando aun nos quedaba una horita suelta y fuimos a la parte más occidental de la península de Reykjanes al puente entre continentes, donde las placas tectónicas de America y Euroasia se conectan con un puente. Una tontería, por supuesto, pero por un instante pudimos separarnos un continente entero!!



En esta zona el olor suave a azufre nos impregnaba la nariz y nos acompañaba durante varios días. De hecho.. es una de las cosas que ahora más echo de menos. 
Pero no había tiempo que perder, que a las 18h teníamos una cita en The Blue Lagoon!

Una inmensa piscina con temperaturas entre 37 y 40ºC que era una maravilla.
Además, con tratamiento de silicio que nos dejaba la cara como nueva.

Quizás algo caro, casi 90€ por persona, pero puedo decir que valió la pena! Con varias saunas, baños turcos, una bebida incluida y tiempo ilimitado. 

Una buena manera de acabar el fin de semana de Reykjavik y relajarnos antes de visitar a todos las cascadas y glaciares los días siguientes (Parte 2, en breve).












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