domingo, 12 de noviembre de 2023

Ultra Trail Penedès 75K


El sábado pasado, 4 de noviembre del 2023, se celebró la primera Ultra Trail Penedès.

Habían 4 cursas, con puntos ITRA que en principio no necesito, y Piernas me convenció de participar en la Ultra de 75 km y aprox. 3500 metros de D+. 


Así que me levanté a las 05:00, una ducha, y a las 05:30 salí en coche para hacer el trayecto de 45 minutos hacia Sant Jaume dels Domenys, un pueblo totalmente desconocido para mi y la mayoría de los participantes. 
El jueves y viernes habían anulado todas las actividades en el Baix Llobregat por el fuerte viento (que tampoco era para tanto en Sant Feliu) y el sábado en la misma autopista avisaban por el peligro de las ráfagas de viento. No obstante, por suerte, en Sant Jaume no había ni una ligera brisa.
No hacía calor, caían 4 gotas, y todo preparado para empezar la cursa.
Recogimos el dorsal sin colas, y enseguida me encontró el Jorge Piernas y entramos como primeros en el cajón de salida.
Estaba previsto que participaran 150 corredores, pero finalmente se cerró con tan solo 90 valientes que se habían apuntado a la larga de 75K. Las cursas más cortas sí tenían muchos más participantes.


Tras unos 4 kilómetros relativamente cómodos de suave subida al trote ya nos metimos en el primer corriol y el quinto kilómetro ya subimos 140 metros de desnivel positivo. 
En el último tramo nos hacen la foto

y seguimos un tramo llano muy corto para enseguida bajar por un tramo terrible, muy técnico, muy directo, y de muy difícil parar. Bajo terriblemente lento, y Piernas me tenía que esperar en varias ocasiones. Por suerte este tramo no era más de medio kilómetro, y enseguida nos hacen subir por al lado para llegar casi al mismo sitio... total, que hicimos un bucle un poco tonto, pero bueno!

Primer avituallamiento y seguimos subiendo. Y ya vemos como será el día de hoy.
PIEDRAS, PIEDRAS, y más PIEDRAS!!! Una tortura para los pies, y muy incómodas las bajadas, por lo que casi no había ningún tramo donde podíamos trotar a gusto.

De hecho, tampoco no habían muchos tramos llanos: Las bajadas y subidas se alternaban casi sin tregua.

Pasamos también por Marmellar, un pueblo abandonado desde el siglo pasado.


Teníamos previsto acabar la Ultra en 10÷11 horas, pero tras pasar el tercer avituallamiento en 3 horas y 19 minutos ya vimos que esta previsión era demasiado optimista. Teníamos 11 horas de luz, y la cuestión era de estar el mínimo de tiempo con frontal... pero aun faltaba mucho.

La tónica de la cursa era la misma, Piernas con más fuerza delante, y yo aguantando como pude.


(Poco antes del 3er avituallamiento nos separamos de la cursa de 37K, y contamos 3 corredores que en menos de 3 horas nuestras -y dos horas suyas- nos habían adelantado... empezando 1 hora más tarde!)

Tras el 3 avituallamiento subimos muy directo a la cima de la Ultra, el Puig de la Talaia del Montmell de 853 metros de altitud. Una dura subida, aunque sin duda la bajada aun más directa fue mucho más complicada. Aquí sabíamos que nos iban a caer 12 horas seguro, pero bueno... más horas por el mismo dinero. Qué más querríamos! Desde arriba los fotógrafos omnipresentes nos hacían fotos.

Una larga pista de piedras nos llevó a Can Marlès, un sitio muy bonito que Piernas reconoció de TV3.
Lo preguntó a las señoras allí presentes y sí, confirmaron que habían estado en el Foraster!



Seguimos bajando hasta el cruce con la riera de Pedrafita y subimos hacia la cueva de Perafita y al pueblo de Mas d'en Bosc donde estaba el quinto avituallamiento, km 38, mitad de la cursa.
Llevamos 5h51 y sobre papel parecía que podríamos acabar en unas 12 horas... qué ilusos!!

Porque justa ahora empieza la parte más técnica de la cursa, careneando la sierra por el Muró, Puigmoltó y la Roca de l'Àliga hasta las ruinas del Mas Murat. Después una muy incómoda bajada donde le dije a Piernas que me dejara atrás hasta el sexto avituallamiento y la base de vida de la Joncosa del Montmell, donde llegué con 1 minuto de retraso respecto a Piernas.

Él se cambió la ropa, y yo aproveché para comer un plato de pasta y una taza de brou.

7 minutitos de nada, y nuevamente al ataque.

Esta séptima "etapa" era 'alpina' según la organización, pero el perfil de la hoja impresa nos había engañado un poco. Parecía una subida de 100 metros y luego otro de 200, pero finalmente eran de 200 y casi 400 interminables metros hacia el Puig de la Cova que acabó con mis piernas. 
Con fuertes rampas le dije a Piernas que él tirara, pero parece que él tampoco estaba tan fresco. Me dio una pastilla con sales, y mejoré lo justo como para seguirle el ritmo. 


Una bajada muy directa nos llevó al séptimo avituallamiento, en medio de la nada, y tras llenar los bidones enseguida llegamos a un último cresteo bastante incómodo, donde nuevamente empezaban a salir las rampas. Y seguían las decenas de subidas y bajadas, con piedras y más piedras, y de pronto Piernas dice que ya ha tenido suficiente, que no tiene ganas de correr más y que acabará tranquilamente. 
Voy para adelante, trotando, y enseguida nos pilla la oscuridad y tenemos que poner los frontales.
Pasamos el octavo avituallamiento tras más de 2 horas de camino, 12 horas y 9 minutos en total, y seguimos, sabiendo que solamente quedan unos 9 kilómetros.

Voy pasando algunos corredores pero de repente me quedo totalmente a oscuras. 
Las pilas nuevas Duracell no me han durado apenas una hora y dejan de iluminar el camino sin preaviso alguno. Está todo tan oscuro que tengo que esperar a que venga el siguiente para poder ponerme la batería de recambio y con mucho miedo sigo corriendo. 
Aumento el ritmo, porque temo que a este ritmo me voy a quedar nuevamente a oscuras, pero por suerte aguantó sin problemas hasta el final. Sin luz era del todo imposible avanzar... ni un paso en esta noche sin luna.

La novena y penúltima etapa iba a ser mayormente en bajada, pero cada dos por tres habían subidas más o menos largas, bastante desesperantes en la oscuridad.

Me junté un rato con un chico de Navarra que ya habíamos visto en más de una ocasión durante el día y así hablamos un poco hasta llegar al noveno avituallamiento.

Un sorbo de agua y a correr, por fin.
Primero 500 metros por pista pedregosa, pero los últimos 1500 metros por asfalta hasta llegar a la meta. 

Posición 50 y 13 horas y 32 minutos.

Cansado pero muy contento por haber llegado por fin. 


Me preparan un bocadillo con una hamburguesa recién hecha y buenísima, y comiéndolo me pongo a esperar a Piernas que suponía que iba a tardar todavía bastante más.
Pero qué va! Tan sólo 5 minutos después de llegar yo ya llegaba él también a meta.

Charlamos un rato, no mucho, porque justo ahora ha empezado a llover y nos quedamos congelados enseguida. Además, contra pronóstico ya son las 21h...

Bueno, una cursa MUY BIEN organizado, imposible de perderse por la perfecta distribución de las cintas, y unos voluntarios realmente muy entregados que nos animaban de lo lindo.
Además, 9 avituallamientos más el del final... más que suficiente, aunque las etapas más duras estaban separadas por poco más de 2 horas. Pero más que correcto.

Lo malo... las piedras, pero eso es imposible de evitar en el Penedès.

Ya sé de uno que no repetirá... pero yo aun no lo sé ... quién sabe!!



miércoles, 1 de noviembre de 2023

Viaje de 8 días a Islandia - Parte 4/4 : Fjordos y retorno a Keflavik


Nos despertamos el jueves 12 de octubre y vemos que está cayendo una tormenta de mucho cuidado.
Nuevamente temperaturas por debajo de 0º y un viento de más de 100 km/h. Miro el estado de las carreteras en road.is y otra vez emiten una alerta naranja... esta vez por viento y nieve.
Le pregunto a la recepcionista del hotel si con mi coche es posible pasar, y se mete dentro de la tormenta para comprobar mis ruedas... Están bien, dice, que son neumáticos intermedios?!? Llama a Tráfico y le pregunta a la DGT de allí si se puede subir por los fjordos a Egilstadir, la parte norte. Le comenta que sí, pero con mucho cuidado... 

Desayunamos bien, y cogemos el coche... con bastante miedo.

Tras una horita de lluvia llegamos a la zona 'divertida' de baja montaña y apenas vemos los palos de color amarillo a los lados de la carretera. Por suerte somos pocos los coches que nos cruzamos y vamos haciendo... 

De los fjordos vemos más bien poco, solamente los contados pueblos pequeños pescadores donde hacemos ocasionalmente una foto.






Y así llegamos sobre las 14h30 a Egilsstadir y después bordeamos un lago de aprox. 40km de largo donde está el único "bosque" de toda la isla. De hecho, en Islandia tienes casi siempre una vista de más de 40 kms, porque por un lado es muy plana (a pesar de las centenares de montañas) y además no hay ningún árbol dispuesto a sufrir el clima islandés. 

Hoy vamos con tiempo y buscamos un restaurante que casualmente está a 10 kms de nuestro apartamento. Llegamos a Klausterkaffi y pedimos una deliciosa Sopa de Marisco con una Tarta de arándanos. Como siempre podemos repetir... que hacemos gustosamente!


En el restaurante vemos un folleto de la zona y vemos que estamos al lado de la 3a cascada más alta de Islandia, Hengifoss de 122 metros de altura.

Salimos rápidamente, y aparcamos a las 16h30 en el parquin que en verano debe de estar a rebosar. Es una subida de mínimo una hora, pero no nos queda tanto tiempo de luz. Así que voy trotando hacia arriba y así también entro en calor. La Mònica ha tenido un corte de digestión y va subiendo lentamente hasta encontrarme a la vuelta. Voy subiendo rápido, pero tras media hora ya veo la cascada pero aun faltan 2 o 3 kilómetros llaneando para llegar a ella. El viento es tan fuerte que apenas soy capaz de hacer unas fotos... cogiendo el móvil con ambos manos para no perderlo. 
 



Cuesta creerlo, pero en verano se ve más o menos así:


No tiene sentido seguir, y voy corriendo hacia abajo y por fin llegamos a nuestro apartamento Hengifosslodge, una casita con vistas a la montaña y al lago. Sin duda la mejor estancia que tuvimos en Islandia. Más acogedor imposible!


El día siguiente, viernes 13 de octubre 2023, tocaba deshacer todo el camino hacia Skógar, unos 600 kilómetros y 8 horas de viaje. Por la mañana nuevamente tuve que sacar el hielo del parabrisas, y en la zona montañosa la visibilidad era absolutamente nula..




Por suerte, después de la zona de montaña (hablamos de quizás 300÷400 metros de altura máximo!!), el tiempo se despejó y tuvimos buen tiempo durante gran parte del viaje.

Incluso nos llevamos a una chavala de Australia llamado "Max" que estaba haciendo autoestop, y que se quedó con nosotros durante casi 400 kms. Dejó incluso sus dos mochilas (todas sus pertinencias) en nuestro coche cuando paramos en Jökulsárlón para ver de nuevo los Icebergs. 









Después tocaba una noche en un hotel Drangslid, donde cenamos muy, muy bien, y notamos que todos estaban nerviosos, mirando al móvil. Resulta que por fin era una noche con el cielo claro y en las aplicaciones de las Auroras Boreales la gente estaba mandando fotos de auroras a poca distancia del hotel.

Así cogimos el coche y estuvimos una hora esperando en coche pero no había forma. Además, todos los turistas de Islandia tenían el mismo plan que nosotros, y fuimos todos nosotros mismos los que iluminábamos a todos nosotros mismos con los faros de nuestros coches, así imposibilitando una zona oscura de verdad...

Pues nada, a dormir, que el sábado tocó nuevamente madrugar pronto y a las 06:30 ya estábamos en nuestro Duster para hacer el último trayecto a Rental Cars del aeropuerto de Keflavik.

Adiós Islandia.... hasta pronto!!


Antes de poner las últimas 8 fotos, algunos datos del viaje:

Islandia es un país caro, muy caro, pero aun así el coste total no ha sido demasiado exagerado. Aparte del Blue Lagoon que sí nos costó caro (casi 180 € los dos), por lo demás apenas no gastamos nada.
No visitamos ningún museo, puesto que Islandia en sí es ya un museo enorme al aire libre. 

No aceptan Euros, y no me llevé ni una corona islandesa (ISK) tampoco. TODO con VISA... que de hecho en toda la semana no toqué ni vi ningún billete ni moneda islandesa. Ni falta que hacía...

La comida es bastante cara, pero la suma de todas las comidas no sobrepasó los 250 €. Básicamente porque 4 noches teníamos cocina en el apartamento, y los otros días pasábamos con 1 sola comida, y muchas veces con una sopa más que contundente (que podías repetir) ya teníamos más que suficiente. Además, al sentarte ya te ponen un litro de agua y dos vasos... y luego, si no dices nada tú, ellos no te preguntan si quieres beber otra cosa. Gracias a mi reciente abstinencia me ahorré mucha pasta.

La gasolina es algo caro, unos 2,20 €/L, pero al no sobrepasar los 90 km/hora el consumo es bastante barato. Hicimos 2200 kilómetros con 121 litros de Gasoil (5,5 litros los 100 km). 267€.

Hay una sola carretera "nº 1" que rodea toda la isla, pero tan solo entre Keflavik y Reikiavik hay un tramo desdoblado. En todas las demás zonas esta carretera principal es de un solo carril por dirección, y pasamos decenas de puentes donde ésta se estrechaba a un solo carril para ambas direcciones. No es ningún problema, porque hay pocos coches (al menos en octubre), pero hay que pensar que la velocidad media es mucho menor de lo que te puedes imaginar. Tampoco hay prisa, que la idea es de disfrutar de la naturaleza....

Hay que pagar parquin en las zonas turísticas, 5€, 7€... pero no me sabía mal, porque este dinero lo utiliza el gobierno para el mantenimiento de los caminos peatonales etc..

 En total nos gastamos para los 2:

* El viaje en avión: 990€.
* 8 Noches de hotel-apto: 997€. (reservado y pagado con muchos meses de antelación)
* Car Rental, DC Duster: 835€. (caro pero con TODOS los seguros, a todo riesgo, sin depósito)
* Blue Lagoon: 179€.

y con la VISA en Islandia:

* Gasoil 2200 km: 267€. 
* Parquin (8x): 45€.
* Compras de comida en el súper: 122€.
* Comidas/Cenas: 248€.
* Tomar algo (Choco caliente, etc..): 18€. No había tiempo para más.
* Souvenirs: 139€. 
* TOTAL: 839 €.

Curiosidades: Yo soy de comer y beber mucho, pero quizás fue el frío o la emoción, pero podíamos pasar todo el día (de 8h a 20h) con un simple bocadillo, 4 galletas, y una botella de medio litro de agua. Pero por contra necesitábamos hacer pipí cada 2 horas!!  Todo el líquido retenido de España lo perdí de golpe y con eso 2÷3 kilos... sin esfuerzo.

Nada más...!!























Viaje de 8 días a Islandia - Parte 3/4 : Etapa reina Eyjafjallajökull - Jökulsárlón


Tras el revés del día anterior, cuando nos cortaron la carretera y nos quedamos sin poder dormir en el hotelito más bonito y más caro del viaje, situado en Vík, en el extremo sur de la isla,

no nos quedó otra que hacer una doble jornada de coche, unas 6 horas largas, y con 9 visitas pendientes.

Por tanto, el miércoles 11 de octubre nos levantamos a las 05:00 de la mañana para salir a las 06:00 en punto hacia el primer destino, todavía de noche.
No se veía gran cosa, pero a todos nos suena este gran volcán (no tanto el nombre), porque fue la erupción que en el año 2010 dejó a medio europa sin poder volar.

El famoso volcán Eyjafjallajökull (Eyja=Islas  Fjalla=Montañas   Jökull=Glaciar), que según Wikipedia

 arrojó unos 250 millones de metros cúbicos de ceniza volcánica a la atmósfera, llegando a una altura de hasta once kilómetros​ y extendiéndose por un área de miles de kilómetros cuadrados,​ causando la interrupción del tráfico aéreo en el noroeste de Europa el 15 de abril de 2010, el cierre de aeropuertos y el espacio aéreo sobre la mayor parte del norte y centro de Europa, así como la cancelación de más de 20 000 vuelos

Unas fotos y a seguir la ruta



La segunda etapa era la gran cascada de Skógafoss. No tiene una altura exagerada, tan solo 60 metros, pero el caudal es realmente impresionante. Un ruido ensordecedor del agua e imposible de acercarse demasiado. Además, había una subida de 466 peldaños para ver la cascada desde arriba, cosa que también valió la pena. En el corto vídeo se aprecia quizás mejor.









Ya empezaba a hacerse de día y tocaba la tercera parada, la lengua del glaciar Mýrdalsjökull. 
Sin piolet ni crampones no podíamos meternos mucho más para dentro, pero aún así la zona glaciar era tan grande que durante 20 minutos nos perdimos la Mònica y yo, cada uno por un lado. 






Nos habría gustado quedarnos mucho más tiempo, porque nuevamente las fotos no hacen ninguna justicia a lo bonito que era, pero como ya dije, el tiempo apremiaba y teníamos que seguir con esta etapa reina, sin tiempo ni para parar a comer.

La 4a visita era el Faro de Dýrhólaey, a pocos kilómetros de la 2a ciudad de Islandia (Vík) y con unas vistas espectaculares sobre el glaciar Mýrdalsjökull y la playa y el Océano.
Por suerte. la misma carretera llegaba hasta arriba de todo, con un parquin al lado del faro, y por tanto no perdimos mucho tiempo en esta visita.





A la vuelta vimos una zona con una muy fina capa de agua que nos permitió hacer unas fotos muy artísticas.




Un cuarto de hora más tarde llegamos a Vík (sí, donde deberíamos haber dormido la noche anterior) y es un pueblo de lo más bonito, encajonado entre montañas de color verde... muy similar a la Isla de Skye de Escocia, pero todo mucho más grande. Vík es famoso también por sus playas de arena negra.




Ya eran las 11:30 y aprovechamos que Vík sí tenía un súper para comprar rápidamente unos bocadillo y una botellita de agua.
Y acto seguido un largo y bonito trayecto de una hora en coche hacia el desfiladero de Fradrárgljúfur.
No se hacía nada pesada, porque las vistas por el camino son preciosas, por un lado las montañas de color verde, y por otro lado los interminables campos de lava de Eldhraun... no se acaban nunca.
565 kilómetros cuadrados de lava, solamente lava, del volcán Laki que erupcionó en el año 1783 y que según Wikipedia   

comenzó el 8 de junio de 1783 y duró ocho meses, hasta 1784. Esta erupción expulsó unos 14 kilómetros cúbicos de lava basáltica y nubes tóxicas de ácido fluorhídrico y dióxido de azufre que acabaron con 9000 islandeses​ y más del 50 % del ganado de la isla.

La nube que generó bloqueó los rayos del sol considerablemente. Esto, junto los gases tóxicos y cenizas que cayeron sobre los campos durante 8 meses produjo desastres en las cosechas. Lo anterior devino en una hambruna de alrededor de tres años en todo el mundo, que mató aproximadamente a seis millones de personas. Se ha descrito como «una de las mayores catástrofes medioambientales en la historia europea».


¡¡Inimaginable!!
Lástima que no habían muchos sitios para parar y contemplarlo... además, la prisa nos tenía atados y por desgracia no podíamos estar en todos los sitios a la vez.

Así llegábamos a la 6a visita, Fradrárgljúfur, una lugar no muy concurrido, y de hecho no estaba ni indicado en la carretera. Por suerte GoogleMaps nos llevó sin problemas y tras pagar nuevamente el parquin a través de la aplicación, pudimos estar una hora subiendo el camino por encima del desfiladero. Aquí tampoco faltaban las cascadas, omnipresentes en Islandia.
Con un poco de imaginación se podían ver los elfos saliendo de los recovecos...





La siguiente etapa eran 45 minutos de carretera hacia el glaciar más grande de Islandia y de hecho el más grande de Europa, el Vatnajökull. Nada más aparcar teníamos una vista muy buena hacia el glaciar, detrás de las primeras montañas ennegrecidas. Después tocaban 40 minutos de agradable paseo en subida hacia la cascada de Svartifoss. Una cascada con la característica de tener sus columnas de basalto. De hecho, la gran iglesia de Reikiavik está basado en esta cascada.






A la vuelta nos dimos cuenta de lo plano que es Islanda, fuera de las montañas y volcanes. 
Una planicie hacia el gran Océano Atlántico. 



Ya eran las 15:30 y cada vez quedaban menos horas de luz. Así que bajamos medio corriendo y directamente al coche para visitar la lengua del glaciar Svinafellsjökull.
Justo al lado está la lengua más grande y famosa de Skaftafellsjökull, pero nos conformamos con el más pequeño, que además tenía el parquin más accesible. 







Ya eran las 17h y aun nos quedó la visita más importante, después de otros 45 minutos en coche.
Empezó a escurecerse ya, pero a las 17h45 llegamos a Jökulsárlón, uno de los sitios más bonitos y mágicos que he visto jamás. 
Es una zona donde el Glaciar está a punto de unirse con el Atlántico o Mar de Noruega, y en el lago que los separa se forman unos grandes bloques de hielo, icebergs, que van flotando en el lago. Hay una cámara fija que graba vídeos diarios, y es muy curioso de ver cómo los Icebergs van cambiando de sitio durante el día (hay videos de un minuto o 2 donde se ven los movimientos durante un día entero).

Quedaba poca luz, pero el crepúsculo daba un tono más azulado a los bloques de hielo y tenía un encanto especial. Fantástico








Tras una hora de disfrute de esta obra de la naturaleza ya no nos quedaban más fuerzas, y tan solo quedaba la hora de coche hacia Höfn, un pueblo pescador.

Fuimos directamente al primer restaurante que encontramos, en el puerto, y pedimos lo primero que vimos en la carta (como siempre poca variedad).

Eran las 20h...14 horas de excursiones, con tan solo una botellita de agua y un bocata todo el día....
Una Ultra de verdad!

Con gula jalamos este suculento plato de Langosta con Pan, la especialidad de Höfn. 
Por fin una comida caliente...