Ayer se celebró una nueva edición de la cursa "Pels Camins dels Matxos".
Una cursa de 63 kms con la particularidad de que sobre el terreno puedes decidir si quieres hacer tan sólo el recorrido básico (Bellmunt) de 48 kms, o -según nos informa la organización- si queremos más pebre, los recorridos Puigsacalm (+5 km ±300m D) o Cabrera (+10 km ±500m D), o si nos va la salsa, el menú completo... con el riesgo de empacharnos.
Y no exageraron... el 63% de los participantes optamos por el menú completo y sufrimos las consecuencias. Una cursa dura durísima!! Por otro lado, precioso!!
El viernes apenas tuve tiempo de celebrar mi 53 cumpleaños con la familia, porque el sábado tocaba levantarme a las 03:30, tras apenas dos horas de sueño. Y tras una buena ducha a las 04:00 ya estaba en el coche de camino a Torelló. Una vez allí la recogida del dorsal y la bolsa del corredor fue muy rápida y a las 05:45 nos metemos dentro del cajón de salida. Completamente de noche, pero con una luna llena que nos acompañaría la primera hora del recorrido.
A las 06:00 en punto salimos y a pesar de la subida la gente sale a mil por hora. Quizás estaba un poco demasiado adelantado en la salida pero subiendo a 5'30" la gente me adelantaba como si fuera un 10K.
Tras cruzar un bosque muy oscuro (el frontal era recomendable, pero para mi totalmente imprescindible) llegamos al primer de los 12 controles/avituallamientos (7,3K 51minutos), y poco después pasamos por este prado antes de meternos fuerte en la carrera.
Todos en fila india, pero sin apenas tapones: Ya estábamos todos más o menos en nuestros sitios. Habíamos salido 439 corredores, una cantidad perfecta para esta cursa.
Después de fichar en Bellmunt (11K 1h46) bajamos en picado unos 400 metros y llegamos a una cascada preciosa, el Salt del Molí de Vidrà, donde tenemos que superar el agua por unos pivotes que sobresalen del río.
Ahora viene una larga subida por el bosque pasando por Salgueda al Coll de Sant Bartomeu, pisando una alfombra interminable de hojas caídas y donde a veces te preguntabas si realmente había camino por debajo de esta manta de hojas. En mi mente me venían las imágenes de las Trampas de Foso de Vietnam...
En el Coll de Sant Bartomeu (km 21 - 3h31) llegamos al primer punto donde podíamos decidir qué cursa hacer. Yo tenía clara que venía a hacer la larga, pero 125 corredores decidieron girar a la derecha y bajar directamente a Bracons, un trayecto de aprox. 12 minutos.
Los que seguimos empezamos el tramo de 300 metros de desnivel positivo a la cima de Puigsacalm, y por el camino habían decenas de hojas pegadas a los árboles, cada cual con un tema diferente 😅
Tras 25 minutos escuchamos unos gritos de un señor mayor con un megáfono -completamente ronco ya cuando pasaba yo, porque no paraba de gritar- diciendo que éramos unos campeones, que no sentíamos dolor, que la gloria estaba allí arriba... A pesar del esfuerzo no pudimos evitar de reír!
En todo este tramo tuve la suerte de poder charlar con el Eduard Tarragó Pons y así se nos hacía más fácil la subida. Las ventajas de las cursas de montaña, un ambiente mucho más amigable!
Una vez arriba, 33 minutos después del Coll (km 24 - 4h05), tocaba fichar, rellenar los bidones, y comer un poco más de dátiles, chuches, fruta y tostadas con jamón.
Y enseguida para abajo de nuevo.
La verdad que no entendía por qué los 125 no querían subir a esta cima fácilmente alcanzable, pero luego me di cuenta que la bajada era mucho más chunga que la subida.
Tras la bajada venía una corta pero fuerte subida, para después bajar con la ayuda de una docena de cadenas de acero por unos tramos tremendamente empinados hacia Bracons.
En Bracons fichamos de nuevo (27k - 4h46), comemos más fruta y seguimos la ruta.
100 metros más adelante está el 2º desvío, para hacer la ruta completa o por el contrario ir directamente al Prat de la Vola y evitar este bucle de 10 kms. Finalmente 36 corredores decidieron hacer este atajo, pero el resto -278 corredores- decidimos hacer la larga vuelta a Cabrera.
Primero hasta el km 35 por zonas mayoritariamente de bajada hasta el siguiente avituallamiento, y después una subida durísima por las escaleras del Santuario de Cabrera hasta arriba de todo.
Durante toda la cursa he visto a montones de personas con rampas, y me acordaba de la época que yo era uno de ellos. Me dije que con las Pastillas 226ers de Piernas esto era cosa ya del pasado. Ya no me iba a pasar más.
Llegamos arriba al control del km 37 en 6h36 y ahora ya casi me relajo, convencido que ya habíamos pasado por la última subida. Me siento más o menos bien, y veo que aunque pierda como siempre bastantes posiciones en las bajadas fuertes, me veo llegando en un tiempo por debajo de las 11 horas.
En el Control/Avituallamiento Prat de la Vola nos juntamos nuevamente con el grupo que ha decidido no hacer el bucle de Cabrera y por fin nos dan un plato de pasta.
Los macarrones me entran de maravilla como también el plato de arroz! Pensaba que tocaba butifarra como en el año 2008 cuando participé por primera vez (cuando cayeron 120L de agua.. un festival), pero la pasta también servía. Estamos en el km 42, 7h20, y tras esta casa maratón tan solo quedaba una media. Tenía 3h40 así que si iba a ser bajada, no sería complicado bajar de las 11 horas.
Es lo que pensaba...
...Pero nada de esto!!
En la primera subida aun voy haciendo, y de hecho en los próximos 3 kms voy charlando con un chico que dice haber vivido un año en Rotterdam y hablamos mientras bajamos a buen ritmo hasta el km 45.
De repente me comenta que ya no puede más y me deja solo justo antes de una subida muy empinada hacia Collsaplana.
De repente me entran unas rampas en la pierna izquierda y un minuto después en la pierna derecha!
Buff... estoy en un corriol muy estrecho pero no puedo hacer ni un metro más. Me dejo caer al suelo para intentar flexionar las rodillas y quitar el dolor de los cuádriceps.
Tras un par de minutos molestando a unos 5 corredores que tienen que saltar por encima de mi para continuar su ruta, me incorporo y sigo para adelante.
Poco a poco se va yendo el dolor, pero los 17 kilómetros que nos quedan se harán interminables.
Queda una subida de 400 metros de desnivel positivo a un pico que no tengo ni idea como se llama (ni quiero), y la verdad que me arrastraba. Coincido con un tal Lluís que antes ya había tenido rampas pero que ahora va mucho más ligero que yo.
Una vez arriba iniciamos una bajada de más de 200 metros de desnivel... ideal para las piernas ya muy castigadas. En el km 53 llegamos abajo al Serrat y estoy convencido que ahora ya sí hemos llegado a la zona cómoda, para hacer los últimos 10 kilómetros de suave bajada.
Nuevamente...Error!!!
Aun nos quedan 450 metros de desnivel positivo en 4 subidas terribles.
Esta parte es realmente muy dura, sobre todo mentalmente, porque las vistas ya no son lo que eran, pasas por zonas de rocas blancas y secas y sin ningún aliciente.
Y tras cada bajada irremediablemente una nueva subida... era desesperante!
Es en este tramo donde curiosamente nadie me adelanta y adelanto a Lluís que ahora sí tiene unas rampas que no le dejan ni moverse. Voy pasando a algunos chicos que están haciendo la ruta recortada, y cuando ya he pasado por la última subida, a falta de 2,5 kms de repente me saluda mi amigo Pere, cámara en mano y haciendo vídeos.
No queda más remedio que aumentar un poco el ritmo en esta zona mucho más cómoda, y ahora ya sé que acabaré bien! Me comenta que ya tiene preparado la BBQ y unos chuletones y se me hace la boca agua. Qué alegría tener amigos así... (el Pere tiene la casa paternal en Torelló).
Venga, un kilómetro por rocas y ya el último kilómetro por las carreteras de Torelló y ya lo tenemos. Tras 11h35 por fin llego a la meta!!! Estoy tan contento que casi tengo buena cara... pero qué dura, qué dura es esta cursa!
Me doy cuenta que en 3 meses me toca una cursa con 100 kilómetros más... totalmente imposible en este estado... pero ya está. Ahora toca una buena ducha y disfrutar de la agradable familia de Pere.
Y por supuesto probar las delicias de unos chuletones que hacen olvidar todo el dolor de las horas previas.
Tota una matxacada amb final suculent. A per la següent.
ResponderEliminarOstras tiene pinta de ser dura, pero guapa y bien organizada. Lastima que siempre me coincide con la Costa Brava... Vaya carnaca al final!!!
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